Frotarse los ojos, ¿Tienes idea de todos los riesgos que corres al realizar esta práctica? 

Frotarse los ojos puede parecer una reacción natural a la irritación o el cansancio, pero esta simple acción puede tener efectos negativos en tu salud visual. Aquí te contamos por qué deberías pensarlo dos veces antes de tocarte los ojos.

Irritación y daño a la córnea.

Cuando te frotas los ojos, puedes causar irritación en la delicada superficie de la córnea, la capa transparente en la parte frontal del ojo. Esto puede llevar a molestias, enrojecimiento e incluso a abrasiones corneales, que son pequeñas lesiones en la córnea.

Propagación de gérmenes.

Nuestros dedos están en contacto con múltiples superficies a lo largo del día y pueden llevar bacterias y virus. Al tocarte los ojos, puedes transferir estos gérmenes, aumentando el riesgo de infecciones oculares como la conjuntivitis.

Empeoramiento de alergias.

Si sufres de alergias oculares, frotarte los ojos puede agravar los síntomas. El roce estimula la liberación de histamina, empeorando la picazón y el enrojecimiento.

Agravamiento de problemas oculares.

Para quienes tienen condiciones como el queratocono, el frotamiento puede acelerar la progresión de la enfermedad al alterar la forma de la córnea, lo que puede llevar a una visión aún más borrosa.

Daño a las pestañas y folículos.

Frotarte los ojos también puede dañar las pestañas y los folículos pilosos, aumentando el riesgo de infecciones en el área de los ojos y debilitando el crecimiento de nuevas pestañas.

¿Qué puedes hacer en su lugar?

  • Lávate las manos: Antes de tocarte los ojos, asegúrate de que tus manos estén limpias para reducir el riesgo de transferencia de gérmenes.
  • Usa lágrimas artificiales: Si tus ojos están secos o irritados, opta por lágrimas artificiales en lugar de frotarte.
  • Consulta a un especialista: Si experimentas picazón o molestias persistentes, lo mejor es consultar a un oftalmólogo para encontrar la causa subyacente.

Frotarse los ojos puede parecer una solución rápida, pero las consecuencias pueden ser más serias de lo que imaginas. Cuida tu salud visual adoptando hábitos más seguros y saludables. ¡Tus ojos te lo agradecerán!

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