Imagina una raíz artificial que se coloca en el hueso de tu mandíbula o maxilar, y sobre ella se instala una nueva corona que se ve y se siente como un diente natural. Esa “raíz” es el implante: una pequeña pieza de titanio o zirconio que se integra con tu hueso y da soporte a coronas, puentes o prótesis completas. Es como tener un diente nuevo, fijo y duradero.

- Evaluación inicial y planeación digital con Tecnología y Equipamiento de Punta: Usamos radiografías, escáneres 3D y tomografías para conocer exactamente a nivel de detalle cómo está tu hueso y planificar el lugar exacto del implante.
La planificación digital permite mayor exactitud en el procedimiento, menor tiempo quirúrgico, menor inflamación, menor dolor, cumplir con las necesidades y expectativas del paciente, devolviéndole una sonrisa juvenil, armoniosa y funcional. - Colocación del implante: Bajo anestesia local (sin dolor), se inserta el implante en el hueso. Este procedimiento dura entre 1 y 2 horas, y puedes irte a casa el mismo día.
- Periodo de integración: El hueso necesita entre 3 y 6 meses para “abrazar” al implante. A esto lo llamamos osteointegración.
- Colocación de la corona definitiva: Una vez integrado el implante, se coloca una corona hecha a medida, que encaja perfectamente con el resto de tus dientes.

- Implante endoóseo (el más usado): Se coloca directamente en el hueso y tiene forma de tornillo o cilindro. Es ideal para la mayoría de los pacientes.
Éste puede ser unitario, es un procedimiento sencillo, cuando la persona ha perdido un solo diente, simulando la raíz en titanio o zirconio, sobre ésta estructura se fija una corona resistente y natural, sin necesidad de tocar los dientes vecinos que se encuentran en buen estado. - Implante subperióstico se coloca sobre el hueso maxilar o mandibular, pero debajo del tejido gingival. Estos implantes son una opción para pacientes que no tienen suficiente altura ósea para soportar implantes endoóseos y no desean someterse a un procedimiento de injerto óseo.
- Estructura personalizada: Diseñada para adaptarse a la anatomía específica del hueso del paciente.
- Material: Generalmente fabricados en titanio o aleaciones biocompatibles.
- Metal-porcelana: resistente y estético.
- Zirconia monolítica: muy estética y resistente.
- Resinas acrílicas: usadas en prótesis provisionales.
- Metal-porcelana: resistente y estético.
- Zirconia monolítica: muy estética y resistente.
- Resinas acrílicas: usadas en prótesis provisionales.
- Colocación: Se fijan sobre la superficie del hueso sin necesidad de perforar, lo que los convierte en una solución para pacientes con pérdida ósea significativa.
- Pacientes con reabsorción ósea severa que no pueden recibir implantes endoóseos.
- Situaciones donde los injertos óseos no son viables o deseados.
- Casos donde se busca evitar procedimientos quirúrgicos más invasivos.
- Implante cigomático: Se fija en el hueso del pómulo (cigoma), y se utiliza solo en casos donde hay una pérdida ósea severa en el maxilar superior. Es más complejo, pero ofrece soluciones incluso en casos difíciles.


Cada paciente es distinto. Por eso evaluamos cuidadosamente:
- La calidad y cantidad de hueso que tienes.
- La zona donde va el implante (delantera o trasera).
- Tu nivel de exigencia estética.
- El tiempo que tienes disponible para el tratamiento.
- Tu presupuesto.
- Hábitos que puedan influir (como fumar o rechinar los dientes).
La buena noticia es que siempre buscamos una solución adaptada a ti de acuerdo a tus necesidades y expectativas estéticas y funcionales.
Cuando un diente ya no se puede salvar, es necesario retirarlo para evitar infecciones, dolor o daños a los dientes vecinos. A esto le llamamos extracción dental.
Se realiza con anestesia local, y en la mayoría de los casos es un procedimiento rápido y sin complicaciones. Después de la extracción, evaluamos si puedes recibir un implante de inmediato o si es mejor esperar un tiempo para que el hueso sane.
Hoy en día, los tratamientos dentales modernos se apoyan en tecnología de alta precisión para garantizar resultados exitosos. En nuestra clínica trabajamos con:
- Tomografía computarizada 3D para estudiar tu boca a profundidad antes de comenzar.
- Guías quirúrgicas personalizadas impresas en 3D, que nos ayudan a colocar el implante en el lugar exacto.
Esto se traduce en mayor seguridad, menos molestias y una recuperación más rápida.
- Recuperas la confianza para sonreír.
- Vuelves a masticar con comodidad y seguridad.
- Evitas que los dientes vecinos se desplacen por falta del diente perdido.
- Previenes el deterioro del hueso, algo que ocurre cuando hay espacios vacíos por mucho tiempo.
Recomendaciones clave para asegurar que el implante cicatrice correctamente y tenga una larga vida útil:
Recomendaciones posteriores inmediatas a la realización del procedimiento:
- No enjuagar ni escupir con fuerza en las primeras 24 horas para no alterar el coágulo de sangre que protege el sitio quirúrgico.
- No fumar ni tomar alcohol, especialmente durante la primera semana. Ambos interfieren seriamente con la cicatrización y la osteointegración.
- Comer alimentos blandos y fríos (yogur, puré, sopas templadas). Evite comidas duras o calientes.
- Dormir con la cabeza un poco elevada las primeras noches para evitar inflamación excesiva.
Cuidados básico durante la fase de cicatrización
- Higiene oral suave.
- Usar un cepillo de cerdas suaves.
- Limpiar con cuidado alrededor del implante sin ejercer demasiada presión.
- no usar enjuagues u otros medicamentos que el odontólogo que realizó el tratamiento no haya formulado.
- seguir únicamente las recomendaciones del odontólogo que realizó el procedimiento.
- Evitar masticar por ese lado, especialmente alimentos duros, mientras el implante se integra al hueso.
- No usar palillos ni objetos punzantes cerca del implante.
- Es muy importante no saltar las citas de control, en las citas de control se evaluará cómo va cicatrizando el tejido y cómo se integra el implante al hueso.
Cuidados a largo plazo que permitirán la durabilidad del implante
- Cepillado 2-3 veces al día, incluyendo el uso de hilo dental.
- Control profesional cada 6 meses para revisión clínica y radiográfica del implante.
- Evitar hábitos nocivos como morder lápices, abrir cosas con los dientes o rechinar (bruxismo). Si bruxas, es posible que necesites una férula de descarga.
- Mantener las encías sanas, porque la inflamación (periimplantitis) es una de las principales causas de fallo en la implantología.
Con estos cuidados, tu implante no solo se integrará de forma exitosa, sino que también te acompañará durante muchos años, devolviéndote estética, función y confianza al sonreír.